CARTA A LEOPOLDO EMPERADOR.

Octavio Zaya

«No tengo fuertes razones para suponer cual es el espacio mental que sobrevuela la naturaleza de tu exposición, pero sí tengo la seguridad de que en tu oscuridad contemplas intenciones de conocimiento. Por ello es que la localización física u ordenación de ese espacio que me transmites no es necesaria. De igual manera, el carácter de tu expresión, a veces sacrificada, ya me ofrece ciertas luces para ‘ver’ tu negro, que no es el de la muerte. Sí, próximamente te remitiré un texto, cuyo contenido aún desconozco pero cuyo espíritu intuyo que tratara de alejarse inteligentemente de toda crítica. Por un lado, José Luis Gallardo ya va a proporcionarte esa faceta que necesita toda exposición, aún cuando pretenda ser no convencional, para introducirse en ese círculo artístico que tú has elegido con determinación del espacio físico de la misma; por otro, espero que comprendas que la crítica ha tenido para mí sólo una necesidad o realidad histórica que podríamos relacionar como máximo con el Romanticismo y el principio del arte moderno, pero que ahora sólo puede condicionar el carácter de una exposición, su espíritu, exorcisar su alma; y constituye, por lo demás, una representación retórica que nos presenta indefectiblemente como colaboradores del status artístico, que retoma siempre, y no parece que un día sea superado, al menos durante tanto tiempo como el que permanezca planteado en esos términos».

Octavio Zaya. 1976